Esto se traduce en la posibilidad de que la dentina y su esmalte se descompongan o se rompan, abriendo paso a un influjo constante de bacterias hacia la pulpa dentaria.
Para evitar esto es de vital importancia mantener una higiene dental constante y visitar a nuestro dentista de confianza tan a menudo como sea posible, con un mínimo de una vez al año.
Sin embargo, si ya es demasiado tarde para evitarlo porque ya ha sucedido, el siguiente paso suele ser, o bien un empaste para salvar el diente en la medida de lo posible, o bien retirar la pieza dental afectada de la encía por completo.
Cuando se trata de este último caso nos podemos encontrar en un verdadero aprieto, pues es un proceso muy meticuloso, y como es natural, solo queremos que sea llevado a cabo por un profesional experimentado en la materia.
A continuación hablaremos de la mejor clínica para someternos a este tratamiento, además de profundizar en cómo se realiza y en qué posibilidades están a nuestro alcance.
El último recurso
El primer paso en nuestro tratamiento es buscar a un referente en el sector como www.corporacion-dental.com que lo lleve a cabo de forma segura. El implante es solo la última solución en una larga lista de arreglos y cuidados que se les puede dar a nuestros dientes afectados, por lo que no debemos saltarnos ningún paso ni dar por hecho qué es lo que necesitamos.
Cuando es absolutamente imprescindible retirar el diente por completo, el procedimiento debe seguir unos pasos, primero se anestesia la zona y se retira el diente, para después perforar el hueso en el espacio alveolar que ha dejado la pieza dental. Dependiendo del grosor y la fortaleza de nuestro tejido óseo, se pueden llevar a cabo tres variaciones del mismo procedimiento.
Si tienes dudas sobre el proceso, reserva una cita en nuestra clÃnica dental para saber cuál de ellas es la más adecuada en tu caso, de forma totalmente gratuita, y podrás realizar tus revisiones dentales y la valoración de los implantes.
El proceso de implante
La más común es la implantación de una prótesis unitaria. La prótesis unitaria son tanto el ‘’tornillo’’ como la pieza dental en una unidad, como su nombre indica. Esta unidad se aloja como si fuese la raíz del diente y nos ofrece la posibilidad de recuperar nuestra mordida inmediatamente, pero requiere de un cierto grado de calidad ósea que no todo el mundo posee, sobre todo en la tercera edad.
En casos en los cuales la cantidad o calidad del hueso no llega a un mínimo requerido, lo que se hace es esperar de dos a cuatro meses tras haber extraído la pieza dental. Una vez pasado este postoperatorio se procede a introducir el implante, pues el hueso se ha recuperado. Para evaluar el grado de reparación del hueso se llevan a cabo radiografías.
El implante se deja curar y aquí las posibilidades se vuelven a repartir, dado que existen las prótesis de carga diferida, los cuales requieren de aún más espera una vez situado el implante; pero también existen las de carga inmediata, las cuales se posicionan en menos de veinticuatro horas después de la intervención.
Sea cual sea la elección, es importante tener en mente que hay varios factores que pueden dificultar la integración del implante en la encía. Aunque al estar fabricados de titanio y ser totalmente biocompatibles, el rechazo es una ocurrencia muy aislada.
Sin embargo esto puede verse pasar por malos hábitos como un consumo excesivo de tabaco o una diabetes mal controlada, casos en los cuales el cuerpo puede comenzar a mostrar rechazo e inflamación en la zona de la prótesis, causando un fracaso de la integración.