El ideal de toda mujer es lucir una figura esbelta, y para lograrlo, uno de los grandes aliados es la faja, un artículo que ha acompañado desde tiempos remotos. Y es que se tiene conocimiento que su predecesor, el corsé, ya se utilizaba en los años 1700 a.C. por las damas de la civilización griega, para reducir la cintura y levantar el busto.
Las fajas, con el paso del tiempo, que de inicio eran de lana y cuero endurecido, comenzaron a evolucionar. La fabricación se optimizó con la incorporación de tejidos elásticos, cierres y ganchos para sujetar, además, comenzaron a utilizarse telas como satín y algodón, y se incluyeron las varillas que realmente eran bastante incómodas, pero todo valía con tal de lucir una cintura delgada en los vestidos de la época.
Los avances en la tecnología han hecho que este accesorio primordial hoy en día sea más funcional y cómodo, gracias a novedosos tejidos, lo que ha generado un repunte bastante notorio en su uso durante los últimos años.
Las fajas reductoras para bajar tallas
Existen diversos tipos de fajas con diferentes características en cuanto a cortes, funciones y materiales. Entre las más utilizadas, sin duda, están las fajas reductoras, las cuales cada vez están más de moda, ya que son los aliados perfectos para hacer desaparecer esos “rollitos” en la cintura. Hoy en día estas fajas son muy cómodas, nada tienen que ver con esos corsés de décadas pasadas, con los que no se podía ni respirar.
Son muchas las ventajas de usar las fajas reductoras. A la par que disimulan los “rollitos”, ayudan a bajar la talla de ropa, incluso varias tallas, lo que hace que se tenga más seguridad al momento de lucir esa ropa que encanta; algo que debido a los complejos con la figura de antes, se quedaba siempre relegada en el armario.
Existen diversos cortes y diseños de fajas reductoras, lo que permite escoger una para que quede perfecta con el tipo de prenda de vestir que se quiera lucir, así como para realzar un área del cuerpo o disimular alguna imperfección.
Las de media pierna, por ejemplo, son ideales para disimular la piel de naranja (celulitis) que, incluso, hasta mujeres delgadas llegan a tener. También están las fajas panty, las de tipo bragas, largas y muchos tipos más, según cada necesidad.
Para conocer con detalle los tipos de fajas que existen, una buena opción puede ser revisar las plataformas web que describen todos los modelos, mencionan las ventajas de cada uno, ofrecen consejos básicos al momento de elegirlas, desde cómo usarlas y lavarlas; y, además, desde allí se puede concretar la compra a través de tiendas online confiables.
Un aspecto importante a tener en cuenta al momento de decidir por esta prenda, es decantarse por primeras marcas, ya que esto garantizará óptimos resultados, así como prendas de calidad y duraderas. Entre las marcas más reconocidas están: Leonisa, Janira, Miss Moly, Playtex, Anita, Selene, Lala Areal, Salomé, Spanx, Feoya, entre otras.
También están los corsés, que también cumplen la función de reducir tallas y estilizar específicamente la cintura. Existen diversos estilos: steampunk, pin up, vintage y gótico.
Función moldeadora cumplida
Una faja que no puede faltar en el armario es la de tipo moldeadora. Más que tener la función de reducir tallas, la faja moldeadora tiene como función principal estilizar la figura, ya que han sido diseñadas para alisar el área o las áreas del cuerpo a cubrir: cintura, vientre, abdomen, muslos y más.
Se diferencian de las fajas reductoras en que éstas han sido confeccionadas con tejidos más fuertes para lograr ese efecto reductor con el que se logra bajar una o varias tallas, ideales para cuando se quieren lucir vestidos más ajustados.
Algunos modelos tienen diseños y tejidos que contribuyen a realzar los glúteos, incluso, contienen relleno o almohadillas, para aportar un mejor moldeado. Hay fajas moldeadoras que llegan a estilizar el cuerpo completamente, ya que se ajustan a todos los cortes, todo dependerá de la necesidad y el atuendo que se quiera lucir.
Ideales para lucir ese vestido soñado
Entre los tipos que existen, también están entre las más utilizadas las fajas invisibles, ya que son las ideales para usar ese vestido soñado, de forma que para evitar que se noten esos molestos “rollitos”, las mujeres evitan usar, pero que con este práctico accesorio podrán lucir sin ningún problema.
Se les llama “invisibles” porque son fajas ultraplanas y sus costuras son imperceptibles. De hecho, quien la usa olvida que la lleva puesta, y mucho menos lo notarán las personas alrededor. Suelen ser de color nude (en intensidades de preferencia) para que se puedan usar, incluso, con vestidos que tengan transparencias.
Estas fajas se utilizan mucho con vestidos ceñidos, con escotes en la parte trasera o delantera, y también son ideales para lucir de la mejor manera un vestido de novia, lo que sin duda, es el sueño de toda mujer.
Es una faja más moldeadora que reductora, por eso es ideal para sentirse segura con esa prenda de vestir que se haya escogido para lucir en una ocasión especial. Además, con la faja invisible se pueden realzar los mejores atributos del cuerpo, como los glúteos, o bien, reducir muslos, caderas y abdomen.
Es muy importante señalar que la faja cumplirá muy bien su función y será cómoda, siempre que se elija la talla correcta y el grado de compresión adecuado. Una talla grande no tendrá el resultado esperado, y una pequeña será muy molesta y podría causar rozaduras y hasta heridas.
Otro aspecto indicativo de que no es la faja correcta, es cuando la misma llega a enrollarse. La ideal será aquella que se ajuste al cuerpo perfectamente y que no se mueva para nada.