A la hora de elegir unas oposiciones a las que presentarse para asegurar una estabilidad laboral y personal, el ámbito de los funcionarios de prisiones suele ser el gran desconocido y olvidado. Sin embargo, ofrece muchos pros que hacen de esta rama una oportunidad real para quienes busquen una mejora en su vida profesional.
En algún momento de la vida, ya sea por edad o por etapa personal, a todos les llega el afán de buscar la estabilidad y seguridad laboral como llaves de la tan ansiada felicidad.
Una de las opciones más asociadas a dicho equilibrio y solidez profesional es convertirse en funcionario de algún cuerpo del Estado, para lo que hay que pasar por un proceso de oposiciones. A la hora de elegir la rama por la que optar y a qué concurso concurrir, se suelen valorar aspectos diversos como el vocacional, el nivel de formación previo, el ámbito profesional en el que se tenga determinada experiencia y bagaje, también la ubicación del puesto de trabajo que se pretende, o también otro tipo de factores en función del número de plazas ofertadas en la convocatoria, su frecuencia de publicación o si la plaza en cuestión suele estar más solicitada o menos.
En cualquier de los casos, supone una decisión que ha de tomarse en firma y con total predisposición a pasar horas de estudio, preparación y dedicación hasta que llegue la fecha del examen.
Un ámbito por lo general algo desconocido y que, sin embargo, ofrece muchas oportunidades reales (en función del número de plazas existentes por candidato, contando con una ratio asequible) y posibilidades de éxito es el de funcionario de prisiones, ubicándose dentro del Cuerpo de Ayudantes de Instituciones Penitenciarias las funciones de Coordinador de Servicios del Interior; Jefe de Servicio de Prisiones; Jefe de Área Mixta de Instituciones Penitenciarias; Jefe de Oficinas de Prisiones; y Jefe de Gabinete del Director de Prisiones.
Un sector con posibilidades reales
Todas ellas profesiones igualmente necesarias, lo que justifica el hecho de que cada año las plazas ofertadas se incrementen, rondando el millar en la actualidad, una tendencia al alza que se mantiene desde 2015, con una continuidad de convocatorias cada año por la necesidad de cubrir vacantes.
A esto se une que el perfil de personas que optan por estos puestos de trabajo es más bien senior, de alrededor de 50 años o más, por lo que en adelante tendrán que producirse jubilaciones y esto hace que el futuro sea aún más prometedor.
Para ejercer como ayudante de instituciones penitenciarias, un empleo que reúne buenas condiciones laborales en general en lo que se refiere a salario, horario de trabajo y disfrute de vacaciones, hay que aprobar un proceso de oposición que en este caso se ciñe únicamente a la nota obtenida en un examen dividido en dos ejercicios, uno primero tipo test y un segundo de supuestos prácticos también tipo test. Para alcanzar el éxito en esta prueba, como en todo en la vida es necesario formarse y prepararse a conciencia, existiendo dos niveles de curso a desarrollar para principiantes (quienes optan por primera vez) o para un nivel avanzado (opositores que repiten convocatoria y ya suman cierta experiencia).
Requisitos y fases
En todo caso, los aspirantes han de reunir una serie de requisitos que pasan por tener la nacionalidad española; no tener antecedentes de condenas que hayan privado de libertad; ostentar el título de bachillerato, grado medio o superior; y acreditar la capacitación funcional, sin exclusiones médicas, en visión, audición y ausencia de enfermedades de tipo endocrino, digestivas, cardiovasculares, psiquiátricas, del sistema nervioso o asociadas al aparato respiratorio. También quedan excluidas personas con alguna incapacidad del aparato locomotor que pueda ver disminuida su fuerza, estabilidad o agilidad.
Toda vez que se cumplen todos estos requerimientos, para ser admitido en el concurso y poder realizar las pruebas –constan de cuatro bloques, en este orden: ejercicio teórico de 150 preguntas tipo test (a,b,c,d), prueba de caso práctico con diez supuestos de cinco preguntas también tipo test cada una, examen médico y prácticas remuneradas en centro penitenciario, a modo de fase de curso selectivo, de no más de 18 meses de duración y el 80% de sesiones lectivas obligatorias-, se ha de rellenar la correspondiente solicitud para la oposición a Instituciones Penitenciarias (en los veinte días naturales posteriores a la publicación de la convocatoria en el BOE).
En cuanto a los contenidos, el temario de ayudante de instituciones penitenciarias se divide en cuatro partes centradas en derecho administrativo general; derecho penal; derecho penitenciario y conducta humana.
Una vez alcanzada la plaza, se puede desarrollar el trabajo como funcionario de prisiones en oficinas, de vigilancia en v1 o de vigilancia en v2.
En definitiva, las claves para decantarse por opositar como funcionario de prisiones radican principalmente en la estabilidad profesional y económica que brinda; facilidades de acceso por el número elevado de plazas y la frecuencia anual de las convocatorias, buenos horarios y retribuciones en el puesto de trabajo y derechos laborales consolidados.