¿Quieres estar siempre a la altura independientemente de la ocasión? Pues has venido al lugar adecuado. Vamos a realizar un viaje relámpago por los diferentes eventos que te puedes encontrar a lo largo del año y te aconsejaremos sobre cómo puedes vestir en cada uno de ellos. ¡Vamos allá!
Si hablamos de grandes eventos, no hay nada como una boda. ¿Qué podemos hacer para llamar la atención sin robar protagonismo a los novios? Para él, lo mejor es apostar por un traje ajustado de tres piezas, unos mocasines y quizá una pajarita brillante para rematar el conjunto con estilo. En cuanto a ella, lo ideal es evitar tanto el blanco como el negro. Llevar un maxivestido floral con unos zapatos de tacón a juego y un clutch es ideal para triunfar en una boda veraniega. Si la boda se celebra en una época más fría, cambia el estampado floral por un color marrón más otoñal y ponte una chaquetita. Ambos estaréis más que preparados para bailar toda la noche y poner en práctica alguno de los pasos de baile que a buen seguro aprendisteis durante el confinamiento.
Ahora pongamos que tienes una de esas cenas que se recordará para la posteridad. Aquí lo que buscamos es un look discreto y con clase con un toque de elegancia informal. Para las mujeres, un poco de maquillaje ligero y natural, el pelo recogido y una chaqueta elegante que destaque tu llegada. Para los hombres, basta con unos buenos tejanos con un pliegue marcado y un polo de color pastel a juego. Si luego la noche acaba con los típicos juegos para beber o con una tranquila sesión de música y charla, eso ya no depende de nosotros.
Las despedidas de soltero y soltera imponen salir de noche y divertirse al máximo con un conjunto preparado para la ocasión. No puede faltar la típica camiseta personalizada que informa a todo el mundo que formas parte de un grupo. También hace falta un calzado cómodo porque la noche será larga: si optas por unos zapatos de tacón, asegúrate de llevar algo más deportivo en el bolso por si acaso. Si necesitas ideas para vivir una noche inolvidable, puedes inspirarte en Resacón en las Vegas y probar suerte en un casino. Eso sí, asegúrate de jugar de forma segura y de no acabar como los personajes de la película… Bueno, pensándolo bien, ¡eso sería una noche épica!
Vayamos a lo bueno ahora: una primera cita es un campo de minas por el que ambos sexos caminan de puntillas. Saber qué ponerse depende mucho de lo que sepamos de la otra persona y de la actividad que vayamos a hacer. Si vamos demasiado informales, quizá demos la impresión de no tener suficiente interés. Si vamos demasiado arreglados, quizá acabemos desubicados: ¿quién usa zapatos de tacón alto para pasear junto al mar o se pone un traje para hacer un picnic en el parque? Si tienes dudas, pregunta sutilmente a tu cita mientras decidís qué haréis. Lo más seguro es que la otra persona respire tranquila ante vuestra pregunta porque se estará preguntando lo mismo que tú.
Las fiestas de trabajo imponen un estilo smart casual que te permita mostrar tu personalidad sin llegar a crear una impresión negativa entre las personas que mandan. Estas actividades suelen ir desde una barbacoa hasta una cena de gala en un hotel o una sesión de teambuilding menos convencional. Lo más importante aquí es llevar algo cómodo que perfectamente podríamos ponernos si estuviéramos con nuestro grupo de amigos. Si nos sentimos a gusto entre personas con las que no solemos socializar, disfrutaremos mucho más de la velada. Quién sabe, quizá descubras que tienes mucho más en común de lo que esperabas con el contable o la jefa de personal.
Vamos a acabar el artículo sugiriéndote el mejor conjunto para los días de playa que se avecinan. Independientemente de si llevamos bikini o bermudas, hay dos fallos clásicos que todo el mundo comete. El primero es el calzado: si tienes pensado ir con zapatos planos o zapatillas deportivas, mal vamos: aquí lo que se imponen son las sandalias y las chanclas, a menos que quieras llevarte la arena de la playa a casa. Y lección número dos: haga el calor que haga por la mañana, lleva siempre algo para abrigarte. Una sudadera vale su peso en oro cuando se pone el sol y nos sacude la brisa marina.
Con estos consejos, ya puedes vestir con elegancia y dejarte llevar. ¡A disfrutar!