PARÍS (AFP) – Las acusaciones de que los gobiernos utilizaron malware telefónico proporcionado por una empresa israelí para espiar a periodistas, activistas y jefes de estado “revelaron una crisis mundial de derechos humanos”, dijo Amnistía Internacional, pidiendo una moratoria sobre la venta y el uso de la vigilancia. tecnología.
En un comunicado el viernes (23 de julio), la ONG advirtió sobre “el impacto devastador de la industria de software espía mal regulada sobre los derechos humanos en todo el mundo”.
El software Pegasus de NSO Group, capaz de encender la cámara o el micrófono de un teléfono y recopilar sus datos, se encuentra en el centro de una tormenta después de que se filtrara una lista de casi 50.000 posibles objetivos de vigilancia a grupos de derechos humanos.
Amnistía Internacional y Forbidden Stories, una organización sin fines de lucro francesa, colaboraron con un puñado de empresas de medios, incluidas Washington Post, Guardian y Le Monde, para analizar y publicar la lista.
El presidente francés, Emmanuel Macron, que estaba en la lista de presuntos objetivos, tuvo que cambiar su teléfono y número.
“Esto no solo expone el riesgo y el daño a las personas atacadas ilegalmente, sino también las consecuencias extremadamente desestabilizadoras sobre los derechos humanos globales y la seguridad del entorno digital en general”, dijo la secretaria general de Amnistía, Agnes Callamard, en el comunicado.
El grupo israelí NSO “es solo una empresa”.
“Esta es una industria peligrosa que ha operado al margen de la legalidad durante mucho tiempo y esto no puede continuar”, dijo.
“Ahora, necesitamos urgentemente más regulación de la industria de la cibervigilancia, rendición de cuentas por violaciones y abusos de los derechos humanos, y una mayor supervisión de esta lamentable industria”.
Amnistía pidió una moratoria inmediata sobre cualquier exportación, venta, transferencia y uso de tecnología de vigilancia “hasta que haya un marco regulatorio acorde con los derechos humanos”.
“El hecho de que el mundo y otros líderes políticos hayan pasado desapercibidos para la tecnología de software espía servirá como una llamada de atención largamente esperada para que ellos y los estados de todo el mundo intensifiquen y regulen esta industria”, dijo Callamard.
La lista de presuntos objetivos incluye al menos 180 periodistas, 600 políticos, 85 activistas de derechos humanos y 65 líderes empresariales.
La NSO insiste en que su software solo está destinado a ser utilizado en la lucha contra el terrorismo y otros delitos, y que exporta a 45 países, con la aprobación del gobierno israelí.