Un absceso o flemón, consiste en una depresión o hueco que tiene en su interior contenido purulento( una sustancia viscosa compuesta de tejido muerto, glóbulos blancos y bacterias); el cual provoca una inflamación y enrojecimiento en la zona afectada.
Los abscesos pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, si son externos es fácil que se detecten, pues la piel se aprecia abultada, enrojecida y duele al tocar la zona; internamente puede afectar ciertos órganos, como riñones, pulmones, entre otros. Para poder detectarlos se requieren estudios de ecografía, resonancias o tomografías.
Generalmente los flemones aparecen como una respuesta del sistema inmunológico por algún proceso bacteriano, virus o parásitos que estén afectando nuestro cuerpo; enviando a los glóbulos blancos hacia el área lesionada y es cuando se comienza a formar el absceso.
¿Cómo aparecen los Abscesos?
Puede ser que luego de sufrir una herida, alguna infección bacteriana (generalmente la que es por estafilococo) o un vello infectado (foliculitis), aparezca un absceso o flemón; sobre todo los niños son más susceptibles de padecerlos a nivel cutáneo, ya que ellos no suelen tener una higiene de lavarse bien las manos, y al jugar puede entrar restos de sucio y gérmenes en la zona.
El área del absceso se aprecia roja, abultada, puede estar dura, caliente y con sensibilidad al tacto; así como provocar episodios febriles y adicionalmente salir líquido de la zona. Resultando muy doloroso dependiendo de la zona que esté afectada.
¿Qué curar un absceso o flemón?
En primera instancia si es un niño, hay que evitar tocar el área lesionada, para que no siga contaminándose; o la complique diseminando la infección a otras áreas. Como medida paliativa puedes aplicar compresas tibias sobre la zona para aliviar la inflamación
Dejándola por unos 10 minutos aproximadamente, realizando esto varias veces durante el día. La higiene es básica, es recomendable lavar la zona con agua y jabón antiséptico y lava también tus manos antes y después de manipular la zona del absceso
Existen otras medidas caseras que podrían contribuir en el tratamiento del absceso; puedes usar sales de Epsom, lavando la zona del absceso con esta agua salad, lo cual ayudará a desinflamar y calmar el dolor. Puedes igualmente colocar compresas de manzanilla, esto aporta un efecto calmante, refrescante y también desinflama
De igual manera, el aplicar una compresa de aceite de tomillo, resultará muy beneficioso para aliviar el dolor y posee cualidades antibacterianas. Por otro lado la muy conocida sábila, que unida a la cocha de naranja; solo mezclas el cristal de la sábila con la concha de naranja y lo aplicas en el absceso.
Otra mezcla que podrías implementar es el ajo con limón, realizando una combinación de zumo de limón con algunos dientes de ajo, aplícala en el área del flemón por unos minutos varias veces al día. Así mismo, puedes intentar colocar miel sobre el absceso; que gracias a sus propiedades antisépticas y analgésicas te puede ayudar
¿Cuando acudir al médico para curar un absceso?
Por supuesto que si no cede el absceso en unos días y persiste la fiebre y el dolor, no dudes en acudir al médico; quizá requiera tomar antibióticos o que tengan que drenar el absceso. No ingieras ni le des a tu hijo ningún antibiótico a menos que lo indique el médico
Es importante que estés alerta si el abultamiento en lugar de mejorar, aumenta o tiende a ponerse más enrojecido; o notas motas rojas cerca del absceso. En ocasiones es tal la infección, que el absceso genera consecuencias mayores; debiendo hospitalizar a la persona para recibir antibioticoterapia y analgésicos por la vena