El problema es que aprovechando todos estos contextos, cada vez hay más cerrajeros de dudosa reputación que tratan de sacar beneficios a través de una profesión tan exigente como honrada.
A continuación, se ayudará a distinguir entre un buen cerrajero y otro que no lo es.
1º – Un cerrajero profesional tiene sede física
El primer problema radica en que cualquier cerrajero tiene las mismas probabilidades de poder ofertarse, bien a través de una página web, mediante anuncios en prensa o colocando propaganda junto a las puertas de las comunidades de vecinos.
No obstante sí que se puede encontrar una diferencia y es que un cerrajero Alcala confiable tiene un sede física, una dirección donde acudir en caso de descontento o de que se quiera contratar sus servicios in situ. Alguien que no dice cuál es su dirección está dando motivos para la desconfianza.
2º – Un cerrajero profesional tiene una buena carta de presentación
Siguiendo con esto, hay que tener en cuenta otro factor importante y es que el falso cerrajero normalmente ofrece servicios relacionados con la cerrajería, cuando en realidad ésta es una disciplina más dentro de un compendio de servicios. En la seguridad de cualquier vivienda entran en juego otros aspectos.
Unos buenos cerrajeros el Bercial Getafe no solamente se venden como cerrajeros en sí, sino que además pueden realizar otras funciones relacionadas con la protección del hogar, como la instalación de las ventanas de seguridad o de alarmas. Dentro del terreno de la seguridad, las cerraduras son solo una parte.
3º – Que el cerrajero disponga de un certificado de calidad
Teniendo en cuenta que cada vez hay más cerrajeros de dudosa moral y procedencia, los cerrajeros de confianza han conseguido idear una especie de certificados de calidad que solo están a disposición de aquellos profesionales que dignifican la profesión. Este certificado de confianza garantiza al cliente que el servicio que está a punto de recibir estará facilitado por alguien en quien se puede confiar.
Conociendo de la importancia de este documento, un buen cerrajero en Madrid Coslada no dudará en mostrarlo en su página web, en los anuncios en prensa o a través de un código QR en la propaganda que reparten por los buzones.
4º – Los buenos cerrajeros ofrecen presupuestos sin compromiso
Antes que nada, hay que tener en cuenta que el primer presupuesto, el que se solicita vía telefónica sin que el cerrajero vea exactamente cual es el problema, puede variar y que incluso esta factura se incremente después de que se haya hecho el servicio.
El problema en este caso radica en que mientras los buenos cerrajeros urgentes en Carabanchel Bajo no tienen ningún problema en mostrar un precio que en la mayoría de los casos será orientativo, un falso cerrajero evitará dar un presupuesto hasta que no esté delante del problema. Esto es debido a que realmente no conoce las tarifas o, más probablemente, que prefiere no decir un precio desorbitado con la intención de que el cliente se quede con sus servicios y tenga que confiar en él cuando acuda al lugar.
5º – El modus operandi
Quizás la diferencia más importante; aunque en este caso sale a la luz después de que haya realizado el servicio y ya no haya marcha atrás. Mientras los cerrajeros confiables tratan de no crear ningún desperfecto e intentan (y consiguen) que ni la cerradura ni la puerta sufran daños, los malos cerrajeros tratan de manipular una puerta o una cerradura de cualquier forma y no les importa crear desperfectos. Además, lo más normal es que terminen dando malas excusas.
Es conveniente solicitar un recibo o una factura. si el cerrajero se niega será otro indicio mal de que la elección no ha sido la más acertada.