La elección de la cama adecuada repercute positivamente en nuestras vidas. No sólo en términos de salud, también a nivel económico. Elegir un buen colchón puede marcar la diferencia en la calidad de nuestro descanso y en el estado de nuestro cuerpo. No obstante, el somier o la base de la cama también es un importante factor de influencia que puede potenciar los beneficios del propio colchón o, por el contrario, minimizar el alcance de sus prestaciones.
Pero, ¿cómo escoger el mejor somier? ¿Existen grandes diferencias entre unos y otros? ¿En qué debemos fijarnos para hacer una selección adecuada que repercuta positivamente en nuestra calidad de vida?
Presta atención a la estructura
Cuando llega el momento de escoger un somier es importante tener en cuenta la estructura que presenta y reparar en los detalles que distinguen que distinguen a unas propuestas de otras. Aunque a veces puedan parecer relativamente superfluos, en realidad sus implicaciones a menudo van más allá de lo que a priori pueda parecer. A continuación te hablamos de sus componentes fundamentales y de las cualidades que deben cumplir para proporcionar el máximo rendimiento:
- Bastidor: Es el área que soporta directamente el peso de la estructura. Para garantizar una buena durabilidad, es preferible optar por aquellos diseños que presenten un bastidor de bastante grosor. Además, el material del que esté hecho también influirá en su vida útil. Mientras que las alternativas metálicas resultan más económicas, las soluciones construidas en madera presentan una mayor resistencia. El bastidor puede contar con diferentes tipos de estructura y la idoneidad de ésta dependerá del uso que se vaya a hacer. Para aquellas camas que van a soportar grandes pesos (por ejemplo, de un usuario con sobrepeso o de más de una persona de forma simultánea) las estructuras que poseen refuerzos transversales son más recomendables. Por último, las soluciones que cuentan con esquinas redondeadas facilitan la adaptabilidad a la forma del colchón algo que además, ayuda a reducir los accidentes potenciales y lesiones.
- Rótulas: Estas piezas actúan como punto de unión entre las láminas del somier y el propio bastidor. Pueden estar elaboradas a partir de diferentes materiales. Las alternativas fabricadas en plástico suelen funcionar especialmente bien con colchones de muelles. Las de rótulas de caucho se adaptan bien al látex o a la viscoelástica. En el mercado también puedes encontrar las rótulas de Hytrel que están elaboradas a partir de la fusión de materiales y que normalmente suelen encontrarse en las camas de alta gama.
- Láminas: Están en contacto directo con el colchón y su función principal es disfribuir el peso de forma equilibrada hacia el bastidor. Lo más habitual es encontrar modelos que cuentan con láminas fabricadas a partir de madera de haya (en general, más resistentes y flexibles) aunque también es posible acceder a modelos con láminas metálicas. Para escoger un buen somier debes prestar atención a la cantidad de láminas que componen la estructura pero también a su material y a su solidez. Las propuestas de doble capa ayudan a amortiguar mejor el peso y los movimientos naturales que se producen durante el sueño. También a potenciar la elasticidad del propio colchón. Además, si cuentan con una forma ligeramente convexa es buena señal porque garantizarán una mayor adaptabilidad a la forma de la columna y el cuerpo.
- Patas: Constituyen la base del soporte por lo que debe darse prioridad a aquellos modelos más sólidos y resistentes. Por otro lado, regulan la altura del somier y, en cierto modo, influyen en la comodidad del uso de la cama por lo que es importante atender a este factor. Presta atención a tu estatura pero también a tus necesidades. Si, por ejemplo, la cama va a integrarse en un dormitorio de dimensiones reducidas en donde la optimización del espacio va a ser una prioridad, puedes optar por un sistema de una altura más elevada. De este modo podrás utilizar el espacio muerto que hay debajo de la cama.
Grado de adaptabilidad
Si decides comprar tu colchón y tu somier por separado debes tener presente cuáles son las medias de la cama. Las dimensiones y la proporción de ambos deben ser idénticas.
Por otro lado, también debes tomar como referencia tu propio tamaño o, en su defecto, el de la persona que utilizará la cama. En general, es recomendable que el somier posea una altura de, al menos unos 15 cm de la estatura del durmiente. ¿La razón? De este modo garantiza una mayor estabilidad y durabilidad a largo plazo al tiempo que proporciona una mayor sensación de descanso.
Ventilación y condiciones de higiene óptimas
El colchón está en contacto con el cuerpo casi la mitad del día y, en consecuencia, requiere de la máxima ventilación. La estructura del somier y el tipo de materiales que lo integran deben facilitar la transpiración y garantizar la máxima resistencia. De lo contrario, es posible que aparezcan problemas de humedades o incluso la infestación de diferentes tipos de ácaros.