Valle de Bravo es un pueblo mágico en el que prevalece la tradición y se respira magia. Su arquitectura, gastronomía y paisajes naturales, se unen para crear el destino perfecto, a tan solo unos pocos kilómetros de Ciudad de México.
Como acabamos de indicar, a tan solo unos pocos kilómetros de la Ciudad de México se encuentra Valle de Bravo, un pueblo mágico en el que se reúnen la tradición, el arte y la naturaleza. Su clima de brisa fresca es perfecto durante casi todo el año y los restaurantes de comida tradicional siempre esperan a los visitantes con los mejores platos. Por ello, resulta uno de los destinos más atractivos en todo el país.
Lo mejor de todo es que las opciones de alojamiento también son muy variadas, desde cómodas posadas hasta alternativas de cinco estrellas. Las casas de lujo en Valle de Bravo son las favoritas de los turistas por su exclusividad y grandes comodidades.
La lista de cosas para hacer en Valle de Bravo es infinita. Dentro del pueblo, las calles están decoradas con joyas arquitectónicas en forma de iglesias y templos, museos y restaurantes. A esto se le suman los increíbles paisajes naturales, encabezados por un lago imponente, ríos y cascadas.
A continuación se presentan las principales atracciones que todo visitante debería conocer.
Cascada Velo de Novia
La Cascada Velo de Novia es una impresionante caída de agua de 35 metros de altura que se encuentra en las profundidades del bosque, en los alrededores de Valle de Bravo. Es uno de los destinos más visitados por los turistas, quienes acuden para tomar un baño en sus aguas.
En los alrededores, se puede practicar senderismo y ciclismo de montaña. A tan solo 10 minutos caminando, también está la Cascada Río del Molino, un punto ideal para hacer un pícnic con toda la familia.
Museo arqueológico
Los amantes de la historia encuentran en el Museo Arqueológico de Valle de Bravo una buena parte del legado precolombino de México. Allí se exhiben más de 450 piezas arqueológicas elaboradas por los pueblos antiguos del territorio.
Entre los objetos, se encuentran cabezas esculpidas en piedra, bisutería y cestería elaborada con fibras naturales, así como cerámica, malacates y desfibradores. Todas estas piezas provienen de yacimientos arqueológicos de zonas como Tlalpizáhuac, Malinalco, Calixtlahuaca, entre otras.
Disfrutar en el lago
El lago de Valle de Bravo es una fuente de diversión inagotable para los amantes de las actividades acuáticas. Es el lugar perfecto para ir de pesca, hacer paseos en lancha o practicar vela, esquí y flyboarding.
Carmel Maranatha
La Casa de Oración Carmel Maranatha es un santuario cristiano que funciona como sitio de oración, retiro y meditación. Fue construido en los años 70 por la orden de los carmelitas descalzos y obtiene su nombre del vocablo arameo Maranathá, lo cual se traduce como “El Señor viene”.
Su impresionante fachada se asemeja a la de los templos hinduistas y en su interior está decorado con una espléndida colección de lienzos, piezas artísticas de gran valor y una increíble variedad de esculturas.
Mirador de la Cruz y Monte Alto
Valle de Bravo es un hermoso destino que merece la pena ver al completo, por eso siempre es recomendable hacer una visita al Mirador de la Cruz y Monte Alto. Desde las alturas es posible apreciar la panorámica perfecta de este pueblo mágico.
Este punto también resulta ideal para lanzarse en parapente o ultraligero, de hecho, Valle de Bravo ha sido sede de diferentes campeonatos en esta disciplina. Así que los que deciden dejar los pies en la tierra, también pueden ver a los profesionales en acción.
Valle de Bravo tiene todo lo que una persona puede buscar en un destino: hermosos paisajes, aventura, religión, gastronomía, arquitectura e historia. En este pueblo mágico, la tradición prevalece sobre todas las cosas y está presente en cada una de las actividades recreativas que ofrece a sus visitantes.