Gran Bretaña consideró un plan para enviar a los solicitantes de asilo 4.000 millas (6.400 km) a centros de detención en sus remotos territorios de ultramar en el Atlántico Sur, pero la idea, descrita como “ridícula” por los opositores, fue más tarde abandonado, informó el Financial Times.
Según el diario, el Ministerio del Interior (Ministerio del Interior) investigó la construcción de centros de procesamiento de migrantes en las islas volcánicas de Ascensión y Santa Elena, habiendo investigado cómo otros países abordaron el tema de la migración ilegal.
Sin embargo, la secretaria del Interior, Priti Patel, abandonó el plan después de que se consultara a las autoridades sobre la viabilidad de enviar solicitantes de asilo a los sitios, dijo FT.
“Esta idea ridícula es inhumana, completamente impráctica y extremadamente cara”, dijo en Twitter Nick Thomas-Symonds, portavoz de asuntos internos del opositor Partido Laborista.
El Ministerio del Interior no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios, pero el periódico citó a un funcionario que dijo que Gran Bretaña tiene una orgullosa historia de ofrecer refugio a quienes necesitan protección.
“Como dijeron los ministros, estamos desarrollando planes para reformar las políticas y leyes en torno a la migración ilegal y el asilo para garantizar que podamos brindar protección a quienes la necesitan, al tiempo que prevenimos el abuso del sistema y el crimen asociado con él”. dijo el funcionario citado diciendo.
Ha habido un aumento en el número de inmigrantes que llegan a Gran Bretaña este año, con informes de los medios que sugieren que alrededor de 1.500 personas cruzaron el Canal de la Mancha en pequeños botes y botes solo en agosto.
En total, hubo más de 32.000 solicitudes de asilo en el Reino Unido en el año que finalizó en junio de 2020.
El FT dijo que la idea era evidencia de la influencia del ex primer ministro australiano Tony Abbott, quien fue nombrado asesor comercial del Reino Unido a principios de este mes.
Australia utilizó centros de detención en alta mar en las islas de Nauru, en el Pacífico, y en Manus, en Papua Nueva Guinea.
Las políticas y la gestión de los centros de detención de Australia han sido criticadas repetidamente por las Naciones Unidas y grupos de derechos humanos.
Los solicitantes de asilo interceptados en el mar y enviados a campamentos nunca podrán establecerse en Australia, incluso si se les considera auténticos refugiados.