Con un buen aspirador, trapos, productos de limpieza y mucha motivación la casa quedará impecable
Establecer horarios y turnos para las tareas de limpieza hará que este trámite sea más ameno
Mantener la casa limpia y ordenada es la ambición de casi todo el mundo pero para la mayoría supone un quebradero de cabeza. Parece que todo lo que se limpia a fondo enseguida vuelve a estar sucio y desordenado, pero a menudo esto ocurre porque no se hace una limpieza cómo es debido o no se utilizan los productos y aparatos adecuados. Si nos armamos de paciencia y de las herramientas correctas dejaremos la casa impecable y aguantará más tiempo sin ensuciarse de nuevo. Por otra parte, limpiar no solo tiene los beneficios obvios de higiene y salud, sino que además podría ser una excelente de aliviar el estrés y poner la mente en blanco. Para ello, solo tenemos que armarnos de paciencia, motivación, unos cuantos productos de limpieza y un buen aspirador.
¿Cómo limpiar correctamente?
Lo primero es intentar que esta tarea tediosa para muchos/as sea lo más amena posible. Para conseguirlo es bueno establecer un horario y un calendaario de limpieza. Si somos varias personas en casa, podemos coordinarnos y hacer turnos, para ir rotando y no limpiar siempre la misma parte de la casa.
Antes y después de comenzar con la limpieza podemos ventilar la estancia, sobre todo si vamos a utilizar productos químicos. Si bien los productos específicos para cristales y muebles de madera son muy efectivos, en algunas zonas también podemos echar mano de productos naturales. Por ejemplo, el bicarbonato es el aliado perfecto para eliminar malos olores y desinfectar, y además es barato. Para limpiar el váter podemos utilizar vinagre, ya que actúa como desinfectante.
Otro objeto imprescindible en la limpieza de nuestro hogar es el aspirador. Aunque podemos hacer una primera pasada con la escoba, el aspirador es el único que consigue eliminar hasta el último rastro de polvo. Y mucho mejor si tiene varios cabezales. Un consejo es limpiar el suelo siempre en último lugar, ya que es frecuente que se ensucie aún más cuando pasamos el trapo por los muebles o limpiamos las paredes. Si hacemos la limpieza siempre de arriba abajo -empezando por el techo y acabando por el suelo- nos aseguramos de que todo será recogido. Lo mismo en la cocina: es mejor limpiar primero la campana extractora y a continuación las placas.
Por otra parte, hay elementos que podemos ir limpiando día a día, para no tener que pasarnos muchas horas limpiando el día que decidimos ponernos a ello. Por ejemplo, si se produce una mancha en el sofá o en las cortinas, lo mejor es remediarlo inmediatamente, ya que además es más fácil. Cada noche podemos pasar un trapo mojado por la encimera de la cocina y la mesa del comedor, ya que así evitaremos que se acumule suciedad o restos de aceite. También hay cosas que podemos hacer para directamente evitar la suciedad, como colocar fundas al sofá o poner manteles de plástico en las mesas.