Un estudio reciente lanzo la hipótesis de que el aceite de oliva aumentaba la longevidad y reducía el riesgo de enfermedades cardiovasculares, cáncer y otras enfermedades crónicas.
El aceite de se recomienda como parte de la dieta mediterránea para la salud del corazón y como un sustituto monoinsaturado saludable de otras grasas. Pero ¿deberíamos tomarlo como medicina para promover la longevidad y reducir el riesgo de muerte por otras enfermedades?
Un artículo en Reader’s Digest dice que deberíamos, que es beneficioso ya sea para cocinar o para tomar directamente de la botella. El estudio de Harvard explica que el aceite de oliva actuaría como una droga milagrosa, casi una panacea. Pero cuidado, ese estudio solo mostró correlación, no causalidad.
El estudio se publicó en el Journal of the American College of Cardiology en enero de 2022. Fue un estudio observacional basado en los hábitos alimentarios de más de 92 000 participantes.
Los participantes completaron cuestionarios cada 4 años durante un período de 28 años, respondiendo preguntas sobre el uso de aceite de oliva para aderezar ensaladas, hornear, freír, saltear y untar pan, y sobre el uso de otros aceites vegetales, margarina, mantequilla, y grasa láctea.
Los investigadores intentaron calcular la cantidad promedio consumida y observaron las causas de muerte de aquellos en el segmento más alto de consumo de aceite de oliva.
Los resultados
Aquellos que consumieron más aceite de oliva tenían un 19% menos de probabilidades de morir por enfermedades cardiovasculares, 17% menos de probabilidades por cáncer, 29% menos por enfermedades neurodegenerativas y un 18% menos por enfermedades respiratorias.
Correlación no siempre significa causalidad, y es fácil confundir la correlación con la causalidad cuando no existe un vínculo causal. Básicamente, lo que puede recomendar es el consejo estándar de sustituir las grasas animales en la dieta con grasas más saludables.
Razones para tener esperanza
Quizás más sorprendente fue la comparación entre el segundo segmento de ingesta de aceite de oliva con el segmento más bajo mostró una reducción del 12% en el riesgo de mortalidad por todas las causas con un nivel de ingesta de solo 0,5 cucharaditas o aproximadamente 1,5 g/día de aceite de oliva.
Si este hallazgo se confirma en estudios posteriores, es un beneficio sorprendente de un nivel asombrosamente bajo de consumo de aceite de oliva.
Otro hallazgo prometedor fue una reducción del 27% en el riesgo de mortalidad relacionada con la demencia para aquellos en la categoría más alta versus la más baja de consumo de aceite de oliva, lo que, considerando la falta de preventivos comprobados para la enfermedad de Alzheimer y la demencia, podría ser de gran importancia desde un punto de vista público.
Conclusión: comida, no medicina
El aceite de oliva es una grasa sin duda saludable, pero la evidencia es insuficiente para justificar la reclasificación del aceite de oliva como medicamento o tomarlo todos los días para evitar enfermedades crónicas y vivir más tiempo.
Tampoco se ha estudiado suficiente las diferencias a nivel de salud de las diferentes variedades de aceite de oliva, como por ejemplo el aceite Hojiblanca o aceite Arbequina.