Parte de América Latina y otras zonas del mundo, inclusive en aquellos sitios donde existe un gran progreso en políticas de género, permanecen estereotipos que impresionan a los hombres como más talentos que las mujeres, haciendo que los niños y niñas creen más actitudes y favoritismos por sí mismo.
Así lo indican el estudio publicado que se ha fundamentado en resultados de la Evaluación Internacional de Estudiantes, donde se tomó en cuenta alrededor de 500 mil alumnos de 72 países a nivel mundial.
El estudio comprobó que los estereotipos son más dinámicos entre los alumnos de alto rendimiento y en naciones más desarrolladas o con mayor conformidad de género.
Para la investigadora del Centro de Investigación Avanzada en Educación en Chile, Lorena Ortega, quien no fue integrante del estudio, una definición sería que “cuando exista más posibilidades de participación de personas suele confiar en estereotipos anticipadamente establecidos”.
Se crea mediante el aprendizaje
La investigación arrojó que estos estereotipos deberían tomarse en cuenta como una posible definición del techo de cristal, donde se deduce que la desigualdad o la dificultad que tienen las mujeres para conseguir puestos subordinados o sueldos equitativos similares a los hombres y que desean desterrar el mito de “inteligencia masculina” es preciso transmitir la idea de que la mente se construye mediante el aprendizaje y que no es congénito ni inmutable.
Ortega concuerda y pone el punto en las prácticas pedagógicas y el rol de instructivos. Se considera que la escuela es punto clave como un comediante que trabaja los estereotipos de género debido a que puede intervenir igualmente en las familias y en los alumnos.
Ciertas investigaciones, dice, han logrado constatar que en Chile los educativos suelen tener menos posibilidades respecto a las prácticas de las niñas, que interactúan de forma diferente con niñas y niños, y llaman más la atención y más reto a los varones, especialmente en el área de matemáticas.
Es importante echar un vistazo a esta problemática en diferentes niveles. El nivel grande de las políticas y de los regímenes, el nivel medio de las instituciones como el colegio y su política, actualmente en Chile está en disputa la necesidad de una formación no sexista y las opiniones más micro, qué se basa en lo que ocurre dentro del aula, entre pares, entre educador y estudiante e igualmente en la familia.
Entonces, la interposición de los estereotipos de género piden una complejidad que estudie el fenómeno mediante estos multiniveles y bajo un vistazo longitudinal, es decir, con apariencia del curso de la vida, afirma.