La irrupción de internet y de las nuevas tecnologías de telecomunicaciones asociadas han reconfigurado el orden de la economía global y el mundo de las finanzas, las relaciones entre inversores, y sus respectivas relaciones monetarias.
Una de las principales características del siglo XXI en los mercados financieros globales es la transformación del dinero, el cual dejó de ser eminentemente físico para dar paso a una operativa en entornos virtuales y digitales. Del oro y la emisión de pagarés por parte de estados, instituciones y empresas, a la acuñación de monedas, billetes y sus nuevas modalidades y variedades digitales.
Al igual que los códigos SWIFT/BIC creados por una alianza o pool de bancos en la década de 1970, los sistemas de pagos digitales modificaron el modelo de compraventa físico hacia un intercambio de información a través de la tecnología y las telecomunicaciones.
En los últimos años, estos pagos digitales han ido ganando terreno en todos los sectores económicos, desde la banca y las finanzas hasta los juegos y casinos online.
Mientras que la banca y las grandes empresas tecnológicas han diseñado wallets o billeteras virtuales asociadas a apps, las multiplataformas de juegos como Fortnite o Roblox y las casas de apuestas en México como Betano han ido desarrollando una nueva economía digital basada en accesorios, tokens, recompensas, apuestas y premios, los cuales ayudaron a diversificar la complejidad de sus respectivos negocios.
Grandes tecnológicas
Los gigantes tecnológicos mundiales y las nuevas empresas de tecnología financiera están impulsando el futuro del comercio electrónico, haciendo que las transacciones sean más rápidas, seguras, descentralizadas y confiables entre consumidores, clientes, y empresas.
Las aplicaciones de pago, como Apple Pay y Google Pay, y los sistemas de transferencia Peer to Peer (P2P) como PayPal son ya parte de la actividad diaria de muchos ciudadanos, desde grandes y pequeños comercios hasta vendedores de la economía informal.
Uno de los puntos de inflexión de esta gran revolución en los pagos online fue 2020, cuando se impulsó la digitalización acelerada de muchas empresas y del comercio electrónico.
Ocio y gaming
El sector del ocio, los videojuegos y el gaming se ha convertido en un importante campo para diversificar las posibilidades que ofrecen los activos digitales. Por ejemplo, grandes juegos multiplataforma como Roblox operan con su propia moneda digital con la que los jugadores pueden comprar objetos del videojuego e incluso monetizar sus propias creaciones.
Las reseñas de otros usuarios, la seguridad, rapidez y la inmediatez de las transacciones son algunos de los aspectos clave que dan credibilidad y fiabilidad a esta nueva economía online.
Sistema financiero y bancario
El sistema bancario más tradicional y los nuevos servicios financieros emergentes ya hace años que dejaron de competir en el mercado para aprovechar sinergias y construir verticales de negocio con las que colaborar. Un ejemplo son los nuevos servicios financieros vinculados al mundo Fintech, cuya asociación en México representa a numerosas startups y empresas emergentes.
Está previsto que los ingresos globales del sector Fintech superen los 150.000 millones de euros en 2023-2024, según estimaciones de Deloitte, con las regiones de América y Asia-Pacífico liderando el sector.
Los países con una industria Fintech más desarrollada son Estados Unidos, Reino Unido, Singapur, Lituania, Suiza y Países Bajos, con centros financieros muy enfocados en el diseño de nuevas soluciones como es el caso de San Francisco, Londres, Nueva York, Singapur y Sao Paulo en América Latina.
Además, Brasil, México y Argentina cuentan con una importante industria de pagos online, gracias en parte al desarrollo de un sector de las telecomunicaciones fiable y seguro. Un ejemplo son los intercambios financieros digitales mediante el celular, que han usado hasta el 55% de la población en los últimos años para realizar compras, facturas o enviar dinero.