Es normal que, con el paso del tiempo, la vista se deteriore. Como el resto de nuestro cuerpo, a medida que cumplimos años, los ojos van envejeciendo. Esto puede desencadenar la aparición de ciertas enfermedades del ojo, que, en muchos casos, pueden mejorar considerablemente si tenemos en cuenta una serie de cuidados, tanto para prevenirlas como para no agravarlas. Te damos algunos consejos para mantener tus ojos sanos más tiempo.
Realiza una revisión anual
La prevención es lo más importante. Una revisión al año en la consulta de oftalmología debería ser algo a lo que acostumbrarnos de forma rutinaria (sobre todo a partir de los 40 años) y no únicamente cuando notamos alguna señal de alarma en la visión.
Puedes establecer una fecha fija para tus controles y así coger cita de año en año para revisar tus ojos. Recuerda que muchos de los problemas que se relacionan con la vista no presentan síntomas en las primeras etapas y, sin un examen ocular completo, solo se detectan cuando el daño ya está avanzado. Así ocurre, por ejemplo, en el glaucoma o en la retinopatía diabética.
Revisa y cuida tu alimentación
No solo es importante realizar visitas periódicas al oftalmólogo, sino que también es necesario mantener hábitos saludables durante el resto del año. Por ejemplo, tu vista estará más protegida si cuidas tu alimentación y consumes alimentos ricos en antioxidantes y vitaminas como la A, B6, E y C, pues son nutrientes que repercuten positivamente en la visión. Además, si tienes ojo seco, que también suele empeorar con la edad y a partir de la menopausia en el caso de las mujeres, los ácidos grasos omega 3 pueden ser muy beneficiosos.
Vigila tu estado de salud general
Junto con una dieta equilibrada, otros hábitos que favorecen un buen estado de salud general y también ocular son hacer ejercicio físico moderado o evitar el tabaco. Todo ello, reduce el riesgo de enfermedades como la hipertensión arterial, la hipercolesterolemia o la diabetes, las cuales pueden afectar a los ojos e impactar en la visión, desarrollando enfermedades de la retina.
Usa gafas de sol homologadas
Tan necesario es utilizar gafas correctamente graduadas (ya sea de cerca, de lejos o en varias distancias), como asegurarse de que las gafas de sol incorporan los filtros adecuados. Muchas veces se cometen errores porque no están homologadas y no cuentan con la certificación de la UE, dándonos una falsa protección que puede ser incluso más perjudicial que no usar ningún tipo de gafas. Solo adquiriéndolas en centros de confianza y acostumbrándonos a llevarlas siempre con nosotros, podremos evitar los daños acumulativos de la exposición solar con el paso de los años, que afectan desde los párpados hasta las estructuras oculares internas. Por ejemplo, pueden acelerar las cataratas y la DMAE.
Mantén una higiene adecuada
La costumbre de tocarnos los ojos y, sobre todo, frotarlos con fuerza (lo que puede provocar lesiones y daños en la superficie ocular) es totalmente desaconsejable, sobre todo si lo hacemos sin habernos lavado previamente las manos. Esto también puede ocasionar infecciones.
Si utilizas maquillaje, recuerda quitártelo siempre por las noches, utilizando los productos de limpieza adecuados y sin presionar en exceso los párpados. Asimismo, si eres portador de lentes de contacto, extrema también las pautas de higiene y respeta las indicaciones de uso y conservación de las lentillas.
Junto con estos consejos para prevenir distintas enfermedades de los ojos, hay otras recomendaciones que pueden ayudarnos a tener un mayor confort visual en las actividades del día a día.
Evita la fatiga visual
Muchas molestias oculares comunes (sequedad, picor, enrojecimiento, lagrimeo..) se relacionan con la fatiga visual. Es bueno que descansemos la vista cada cierto tiempo, sobre todo si estamos delante del ordenador o realizando actividades que requieren concentración, como leer, conducir… En momentos o trabajos en los que nuestros ojos hacen un sobreesfuerzo para enfocar, conviene descansar unos 20 segundos cada 20 minutos. Cierra los ojos, mira hacia un punto lejano y no fuerces la vista constantemente.
Lee con luz adecuada
La mejor luz para leer es la natural. Coloquemos así nuestros rincones de lectura preferiblemente al lado de una ventana. Además, por las noches y los días nublados, intenta regular la luz artificial para no tener que forzar la vista.
Hidrata tus ojos
Utilizar lágrimas artificiales que nos ayuden a hidratar los ojos es una última medida que también debemos recordar en el día a día. Puede ayudarnos a evitar la incomodidad que se deriva de la sequedad ocular, un problema muy común ligado a los hábitos de vida de nuestra sociedad.