Si buscamos en los diccionarios, podemos encontrar la definición de ecoturismo como la actividad turística que se desarrolla sin alterar el equilibrio del medio ambiente; es decir, evitando los daños a la naturaleza.
Los ecólogos, definen el ecoturismo como el turismo que se practica cuando el hombre escoge como destino los entornos naturales donde se desenvuelven los organismos cuyas relaciones con esos entornos estudia la Ecología. Es decir, el ecoturismo es el turismo cuyo fin primordial es el acercamiento con la naturaleza.
Partiendo de estas dos definiciones, podemos establecer que existe una diferencia entre el turismo ecológico y el ecoturismo; aunque ambos se confundan en el desenvolvimiento de tal práctica turística.
El turismo ecológico sería el que practican los ecólogos en observación y defensa del entorno, del hábitat, del ecosistema y del ambiente; para que además de disfrutarlo, puedan también enseñar a quienes practican el ecoturismo a sentirse en ambiente natural; alejado de la población, de la destrucción, de la depredación, de la sequía, de la tala y de la quema; sembrando en la conciencia de quien no es ecólogo, el cariño y el respeto por la naturaleza.
Principales Retos del Ecoturismo
El ecoturismo debe estar vinculado a un sentido de la ética; ya que, más allá del disfrute de la persona, debe promover el bienestar de las comunidades locales y la preservación del medio natural. El turismo ecológico debe incentivar el desarrollo sostenible y sustentable; es decir, el crecimiento actual que no dañe las posibilidades futuras.
El auge en los últimos años del ecoturismo se ha debido a varias causas; entre ellas, fundamentalmente al hecho de que es más barato que cualquier otro tipo de turismo. Un elemento este que ha llevado a que muchas personas, teniendo en cuenta la situación de crisis económica mundial que se está viviendo, apuesten por él para disfrutar de unas vacaciones; sin necesidad de tener que realizar un importante desembolso monetario.
Sin embargo, mientras no haya una definida conciencia del turista frente a la conservación del ambiente natural, las enseñanzas de los ecólogos no detendrán la destrucción de los no practicantes del ecoturismo; que algunas veces son involuntarias, por ignorancia, y otras a sabiendas, en desesperada búsqueda de ganancias económicas.
La conciencia ante el ecoturismo masivo debe crearse desde la infancia; es un problema de educación y es deber del Estado, el cual debe crear leyes, normas y penalidades que defiendan el ambiente y que realmente se apliquen en beneficio de la subsistencia humana.
¿Dónde se Puede Practicar?
El ecoturismo se ha convertido en un fenómeno de gran volumen y se practica de diferentes maneras y en diferentes sitios. Se utilizan los bosques, las selvas, los lagos, los ríos, las montañas, los desiertos, etc. En contraste, muchos desarrollan infinidad de actividades como la pesca, los safaris, la cacería, la tala, la toma de fotos, la recolección de flora, estudios de investigación, y un sin números de acciones incontroladas que destruyen diferentes ecosistemas y crean desigualdades geológicas.
Es necesario entender que el ecoturismo sano es el que logra establecer un nivel de compensación entre el disfrute de la naturaleza y la obtención de recursos naturales para usos industriales o alimentarios; pues la conservación de la biodiversidad es fundamental para el bienestar y vivencia del ser humano y de otras especies.
Por ejemplo, la población indígena en los países de Sur América, sufre fuertemente las consecuencias del ecoturismo incontrolado; cuando los empresarios del sector turismo, en su afán de conquistar clientes, impulsan el atroz impacto socio-cultural que se produce en estos grupos indígenas, que son tan humanos como los promotores.
En muchas lugares del mundo se practica el ecoturismo; como por ejemplo: los Estados Unidos, Canadá, Costa Rica, Venezuela y Brasil, por sus diferentes climas y gran cantidad de animales y vegetación; Argentina por su variada pesca; en el África por sus zonas selváticas para los safaris; las zonas del mediterráneo y en fin, en muchas otras partes.