La sociedad moderna otorga una gran importancia a la imagen, por lo que la mayoría de las personas procuran cuidar mucho su apariencia, como una de sus mejores cartas de presentación.
Y en todo ese conjunto que llamamos buena imagen, está una sonrisa perfecta o al menos lo más cerca que se pueda. Que una dentadura presente defectos visibles afecta a la autoestima, además resta presencia, sobre todo cuando se busca escalar posiciones o conseguir el trabajo deseado.
Uno de los tratamientos más frecuentes en cuanto a salud oral, específicamente en odontología estética, es la colocación de carillas dentales, ya que permite mejorar considerablemente, con notoriedad y de manera rápida, la apariencia de los dientes.
Sus visibles y satisfactorios resultados, lo han convertido en uno de los tratamientos predilectos de famosos artistas y celebrities, de hecho, se incluye entre las técnicas más usadas en lo que se ha bautizado como “diseño de sonrisas”.
Estética a medida
Se conocen como carillas dentales a las finas láminas de resina o porcelana que se adhieren al diente, en su cara visible, para mejorar su aspecto. Al ser sus funciones meramente estéticas, se colocan en las piezas dentales frontales, ya que son las que se pueden percibir al sonreír.
Con el fin de lograr la mayor naturalidad y armonía posible con el resto de los dientes, las carillas dentales se crean completamente a medida del paciente.
Y como su función es la de embellecer la sonrisa, lo que se busca con estas finas láminas es mejorar las piezas dentales en aspectos como color, tamaño, forma o posición. En tal sentido, se utilizan para corregir defectos como dientes manchados, irregulares, rotos, torcidos, desgastados o separados.
¿De resina o porcelana?
En lo que respecta al material del cual están hechas, las carillas pueden ser de resina o composite y de cerámica o porcelana. La principal diferencia entre ambas es que las de porcelana son más duraderas que las de resina.
- De resina o composite: son recomendadas cuando la corrección a realizar es sencilla o cuando el paciente es joven, ya que son reversibles. Entre sus principales ventajas es que son más económicas y, si se fracturan, son reparables. Se estima su duración en unos cinco años aproximadamente.
- De porcelana o cerámica: es la más utilizada por sus ventajas. Se sugiere su colocación a partir de los 18 años, ya que no son reversibles, su duración está entre los 10 y 15 años. No se decoloran ni pierden brillo y, por ser muy duras, es difícil que se rompan. El tipo de material permite que se logre una mejor unión entre los dientes.
Elaboración y colocación
En cualquiera de los dos casos, sean de resina o de porcelana, las carillas se elaboran a partir de un modelo que se denomina encerado diagnóstico. Antes, éste era realizado por un técnico de laboratorio, quien trabajaba sobre un modelo de escayola.
En la actualidad, se trata de un modelo diseñado de forma virtual que luego se imprime en 3D. En los centros clínicos más avanzados, el modelo se realiza a partir del Digital Smile Design (Diseño Digital de Sonrisa), el cual se convierte en un encerado que se coloca en la boca del paciente para que éste dé su aprobación.
Durante la elaboración del prototipo, por llamarlo así, se da participación al paciente para que dé su opinión en cuanto a la forma y tipo de diente que más le gusta, de tal manera que la sonrisa resultante se ajuste a lo que está deseando.
De igual forma, mientras se efectúa la prueba se determina si los dientes del paciente requieren tallado o limado, o si las láminas serán adheridas directamente.
Tras cumplir el proceso de la prueba se elaboran las carillas, según el material que el especialista considere al evaluar los requerimientos del paciente, para posteriormente cimentarlas en los dientes.