¿Amas a tu mascota?, ¿deseas cuidarla bien? A la mayoría nos encanta saber que nuestras mascotas están bien atendidas. Por eso te damos a conocer algunos datos muy interesantes sobre la higiene de los Gatos. Ten en cuenta que a cualquier edad, un gato es más sensibles al agua que los perros u otras mascotas; los felinos se estresan con mucha facilidad, sobre todo al experimentar situaciones que interrumpan su rutina; los gatos se distinguen de otros animales por su excelente instinto de higiene, pues en un estado salvaje, el estar libre de olores fuertes los protege de sus depredadores. Estos adorables animales pasan horas aseándose con su lengua para cuidar su pelaje; si son domésticos, las posibilidades de ensuciarse son limitadas. Aún así, en el artículo de hoy te explicaremos detalles sobre el cuidado y la higiene de un gato bebé.
Cuándo Bañar a mi Gato Bebé
Hay circunstancias puntuales por las que un gato puede requerir un baño: diarrea, suciedad accidental concentrada, parásitos o alguna patología. Sin embargo, puede ser que simplemente desees crearle un hábito adicional de limpieza; pero, ten en cuenta que los gatos bebés pueden bañarse a partir de los 2 ó 3 meses de vida, no antes, y previamente debes haberles colocado su primera vacuna. El mejor momento para el baño es cuando están tranquilos y muestran un nivel bajo de actividad; la frecuencia dependerá de la raza, si tiene pelaje corto o largo y muy importante, de la temperatura del ambiente. En época de calor puedes bañarlo una vez al mes, pero en invierno sólo si es estrictamente necesario. Nunca lo bañes luego de comer.
Qué Pasos Seguir para Bañar a un Gato Bebé
Es fundamental mantenerse muy relajada, pues de tu calma dependerá que tu gatito no asocie el baño como algo negativo; aunque particularmente baño sola a mi gato, es muy ventajoso contar con ayuda de otra persona. Tener un patio soleado en tu hogar es muy útil para esta faena, si no, puedes utilizar una bañera para bebés o una ponchera con un poco de agua tibia, máximo 37 grados.
Llámalo con voz suave y alegre, al acercarse, sujétalo con firmeza pero sin lastimarlo por la parte superior del cuello (no te preocupes, no les duele; de hecho, así es como sus madres los trasladan de pequeñitos). Suavemente mételo en la bañera, mantenlo sujetado del cuello, con la otra mano mójalo poco a poco del cuello hacia abajo; enjabónalo con champú para gatos, cuidando que no le caiga agua o champú en los ojos, nariz u oídos; frota suavemente hasta sacar todo el sucio y enjuagas con abundante agua tibia.
Por último, procede a limpiar con un mínimo de champú las partes más delicadas: la cabeza y orejas; cuida que no le caiga producto, ni agua en los oídos, ojos ó nariz. Es conveniente para el enjuague de estas partes pasar las manos o una toallita medio húmeda tantas veces sea necesario para retirar el sucio; finalmente sécalo muy bien con una toalla y para terminar, si tu gatito lo tolera, puedes usar un secador de cabello al frío. No olvides premiarlo con una golosina o comida para gatos para afianzar de manera positiva la experiencia del baño.