Si tienes muchas deudas dentro de tu empresa o negocio, la realidad es que hay muchos a quienes les ocurre esto. Incluso, muchas empresas profesionales se han visto afectadas. Sin embargo, hay herramientas y soluciones jurídicas que pueden ser de mucha ayuda en estos casos. Por ejemplo, está la mediación concursal y el concurso de acreedores. A continuación, estaremos fijando nuestra atención en este último, pues te explicaremos todo acerca de él.
¿Qué es el concurso de acreedores?
Es un proceso legal que se lleva a cabo cuando una persona, sea jurídica o física, se encuentra en una situación de insolvencia, de la que no puede salir debido a los pagos que acumula. Por lo tanto, las empresas, profesionales autónomos y personas físicas pueden valerse del concurso de acreedores para pronunciar un mecanismo que les permita afrontar las deudas.
Con la ayuda de la solicitud del concurso de acreedores, es posible que todo el asunto permanezca en las manos del juez. Este nombra a un administrador concursal y a su vez, se trata de encontrar un acuerdo mediante los acreedores.
La intención principal del concurso de acreedores es que se mantenga una continuidad empresarial, junto con una satisfacción de créditos; entre estos, se incluye el patrimonio que el deudor aún no ha pagado, se justifica la distribución ecuánime de los acreedores y la deficiencia patrimonial que se genera debido a la actividad mercantil improductiva y al mal asesoramiento laboral.
Los tipos de concursos de acreedores que existen
Podría decirse que los concursos de acreedores se encuentran divididos en dos categorías:
Concurso voluntario
Se le da esta dominación al concurso que el propio deudor ejecuta. Además, su origen se inicia cuando cierta persona, sea física o jurídica, permanece en el estado de insolvencia. Este es un sistema de protección legal que le hace frente a las consecuencias que se pueden generar de parte de los acreedores. En parte, la intención puede ser reestructurar el negocio, o también puede ser para tratar de cumplir los deberes expresados en materia legal.
Concurso necesario
Por su parte, esta categoría es aquella que se solicita por uno de los acreedores que se han legitimado dentro de lo establecido en el artículo 3.1 de la Ley Concursal. A fin de que el acreedor pueda instarlo, se necesita que el crédito no se haya obtenido en los últimos 6 meses antes de presentar la solicitud. Igualmente, se puede instaurar por parte de los miembros de una persona jurídica o los socios de la misma, que tengan completa responsabilidad de las deudas de la otra.
¿En qué consiste estar dentro del concurso?
Una vez que se efectúa cierta tramitación dentro de un concurso voluntario, se tiende a nombrar a cierto administrador concursal. Este se encarga de establecer cada facultad patrimonial del concursado. En otras palabras, esto incluye los actos que el deudor debe hacer, se deben hacer bajo la supervisión de la Administración.
Ahora bien, dentro del concurso, para que cierta operación pueda validarse, se necesita que el concursado la firme, junto con el Administrador Concursal. Después, en el concurso, la intervención es completamente distinta, pues el concursado deja atrás las facultades que tenía, es decir, estas son suspendidas. Y posteriormente, el administrador concursal se asegura de hacer los actos patrimoniales.
Finalmente, si te encuentras insolvente, lo primero que debes hacer es analizar los problemas que presenta tu compañía para conocer cuál es la mejor solución. En este caso, el concurso de acreedores es una buena estrategia, pero siempre debe cumplir con dos intenciones: brindar protección al órgano administrativo de deudas y hacer más fácil la visibilidad del negocio.