¿Sabéis, qué tienen en común Lionel Messi, Cristianlo Ronaldo y David Beckham además de brillar entre las estrellas futbolísticas más admirables del mundo? Al igual que algunos otros de sus colegas, han incursionado en el mundo de la hospitalidad abriendo sus propios bares. Estas leyendas del fútbol han llevado su pasión fuera del campo y han creado lugares donde los aficionados pueden disfrutar de una experiencia única mientras ven un partido de fútbol.
En España, ver el fútbol en los bares con los amigos es una actividad social. Es habitual ver a los fans apasionados entablando bromas amistosas, discusiones o apuestas deportivas entre amigos durante los partidos. Por eso, cuando se agotan todas las entradas para ver fútbol en directo en los estadios, ir a un bar puede ser una experiencia emocionante. El ambiente allí se carga de energía y pasión, los corazones latiendo al ritmo del balón.
Esta tradición tiene sus raíces en las décadas de 1950 y 1960, cuando los televisores aún no eran habituales en los hogares españoles. Los bares y cafés con televisión se convirtieron en lugares de encuentro para ver los partidos en directo. Desde entonces, la costumbre de disfrutar del fútbol en los bares ha florecido y se ha convertido en una parte esencial de la cultura futbolística española. Como resultado, los ingresos generados durante las temporadas de fútbol pueden ser significativos para los bares y se consideran un importante impulso para su negocio.
No solo se trata de ver el partido, sino también de participar en la animada camaradería que se desarrolla en estos lugares. Muchos amigos apuestan entre ellos, no por ingresos, sino por diversión. Esto añade un elemento de competición amistosa y emoción a la experiencia de ver el partido, y también está asociado a las tradiciones españolas. Las peñas, quinielas y las apuestas amistosas, a menudo practicadas en los bares, se remontan a diversos factores e influencias históricas.
Por ejemplo, el concepto de peña se originó en Inglaterra a finales del siglo XIX. En España, las peñas cobraron importancia como medio para que los aficionados al fútbol se involucraran en el deporte y pronosticaran los resultados de los partidos. Los participantes suelen aportar una cierta cantidad de dinero, y la peña se reparte entre los que aciertan el resultado del partido o eventos específicos dentro del partido, como el primer goleador o el resultado final. Además, los amigos que ven partidos de fútbol en los bares pueden hacer apuestas amistosas entre ellos. Estas apuestas pueden consistir en predecir el resultado del partido, el número de goles o las actuaciones individuales de los jugadores.
La famosa Quiniela es otro juego de apuestas futbolísticas muy popular en España. Los participantes intentan predecir el resultado de una serie de partidos de varias ligas. Suele jugarse en los bares, donde los amigos se reúnen para rellenar sus boletos y comparar los resultados. Otra tradición asociada a las apuestas de fútbol en los bares de España son los “chupitos”. Cuando un amigo pierde una apuesta, se enfrenta a las consecuencias acordadas de antemano, y eso a menudo implica una ronda de chupitos. Este ritual agrega un toque especial a la experiencia de apostar. No solo se trata de ganar o perder, sino de compartir momentos de risas, camaradería y complicidad. Los chupitos se convierten en el símbolo de unión, en la recompensa por la participación y en la anécdota que se recordará en futuras reuniones.
Estas tradiciones y rituales no solo son una fuente de diversión, sino que también tienen un impacto económico significativo. Durante los grandes torneos internacionales, como la Copa Mundial de la FIFA o la Eurocopa de la UEFA, los bares y restaurantes de España pueden experimentar un aumento de las ventas de hasta un 30% o más en comparación con los periodos habituales. La mayor afluencia de clientes y el mayor gasto en comida, bebidas y aperitivos contribuyen a este impulso. Es posible que se contrate personal adicional para atender a la afluencia de clientes durante los días de partido. Los bares y restaurantes que ofrecen retransmisiones en directo de los partidos se benefician de una mayor afluencia de clientes y de estancias más largas. Los turistas que visitan el país para ver los partidos suelen acudir a los establecimientos locales para disfrutar de los partidos mientras conocen la cultura y la gastronomía. En resumen, el fútbol y los bares en España forman una combinación que une a las personas y da vida a las ciudades durante los grandes eventos futbolísticos.