Existe en la actualidad un gran interés entre la comunidad inversora, especialmente en RRSS, por la popularización de nuevas formas de inversión y nuevos productos que no existían para el inversor minorista hace apenas 15 años.
La aparición de nuevos brokers online y de los robo-advisor han traído a España la posibilidad de poder invertir en una gama más amplia de productos, entre ellos, muchos que replican los índices de manera directa.
La gestión tradicional o activa ahora tiene una nueva y fuerte competencia en la gestión pasiva, especialmente por sus precios bajos y competitivos.
¿Qué es la gestión activa?
Es la forma tradicional en la que los inversores han podido acceder al mercado. Lo hacen mediante fondos de inversión, en los cuales un gestor toma las decisiones de compra y venta, en función de las que considere las mejores ideas en las que poder rentabilizar el capital de los partícipes.
En esta metodología, el gestor profesional dedica un amplio número de horas al análisis de las empresas, con el fin de encontrar las mejores oportunidades que puedan generar valor y una mayor rentabilidad frente a un benchmark (en España es frecuente compararse con los índices más cercanos como el Ibex o Eurostoxx) que previamente se haya marcado como referente, es lo que se conoce como generar Alpha por parte del gestor.
El gestor, por tanto, intenta a largo plazo ser mucho más rentable que otras alternativas o competidores. Es por ello que, el inversor particular encuentra una amplia oferta en cuanto a los estilos y productos a los que poder acceder.
La principal ventaja de esta modalidad de inversión es el seguimiento continuo por parte del gestor, pudiendo adaptarse rápidamente a cualquier cambio ocurrido en el mercado y el dinamismo en las posiciones del fondo. Las limitaciones en cuanto a los tipos de activos y porcentajes de los mismos y liquidez son conocidas previamente, ya que, deben venir reflejados en el documento de información para inversores.
A grandes rasgos, la oferta de productos según el activo invertible es: fondos de Renta Variable, Renta Fija y Mixtos (una combinación de ambos activos).
¿Qué es la gestión pasiva?
Es la inversión que se realiza asumiendo las expectativas de rentabilidad que el mercado nos ofrezca. Es decir, dejarse llevar por el mercado, ya que lo haremos a través de un producto que replica un índice y la composición de la cartera se establecerá en función de los pesos de los valores establecidos por el índice de referencia.
Los productos en los que los inversores particulares pueden participar son tanto fondos de inversión colectiva como ETFs. Estos últimos, de más reciente implantación en los Brokers españoles, y que, debido a su facilidad de comprar y vender (ya que cotizan igual que una acción) y a su amplia variedad, están experimentando un alza en su demanda.
Su principal ventaja reside en los costes para el cliente, ya que, los indexados podrían estar en torno a 0,20-0,40% mientras que en la gestión activa de media pueden suponer entre el 1,8-2% del patrimonio.
¿Cuál es mejor de las dos?
Las dos suponen una alternativa válida para acercarse a los mercados, sin que haya una ventaja clara entre las dos. De hecho, llegan incluso a complementarse en la cartera de muchos inversores.
La gestión activa busca el mejor momento y las mejores empresas para obtener la mayor rentabilidad posible, mientras que la gestión pasiva busca replicar la rentabilidad del mercado, sin incluir más expectativas.
Por el contrario, la pasiva presenta unos menores costes que la gestión activa. Esto a largo plazo podría representar un ahorro sustancial, salvo que el gestor genere una rentabilidad extra por su labor, lo que conocemos como Alpha.
Este valor añadido de la activa también debe reflejarse en las caídas, ya que, por su discrecionalidad de selección de valores y el momentum se asume que no hará lo mismo que el mercado, situación que si sucede si invertimos en un producto indexado.
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